Historia de EL PAÍS
La primera economía del mundo mantiene casi intacto su
vigor. El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos creció en el primer trimestre del año
a una tasa trimestral anualizada del 1,6% (un 0,4% trimestral), según la primera estimación
publicada este jueves por la Oficina de Análisis Económico, dependiente del Departamento de
Comercio. Eso supone un brusco frenazo con respecto al ritmo del 3,4% (un 0,8% trimestral) del
cuarto trimestre del año pasado, pero sigue siendo un crecimiento apreciable.
Es el menor
crecimiento desde la primera mitad de 2022, cuando la economía se contrajo. Está por ver si ese
frenazo se consolida o es una pausa tras el fuerte dinamismo del segundo semestre de 2023. El
sector exterior, con un fuerte aumento de las importaciones, ha lastrado el crecimiento en el
arranque del año. Sin el diferencial entre exportaciones e importaciones, el crecimiento habría
sido del 2,5% anualizado, que era la tasa que esperaban los economistas. La variación de
inventarios, también volátil, actuó asimismo como freno.
El dato, que será revisado por dos veces a medida que llegue información adicional, muestra
que el consumo (que crece a un ritmo trimestral anualizado del 2,5%) es el principal motor de la
economía estadounidense. Con una tasa de paro que se mantiene desde hace más de dos años por
debajo del 4%, los hogares han tirado de rentas, ahorros y deudas para gastar lo que no pudieron
gastar durante la pandemia.
“El aumento del PIB real reflejó principalmente los
incrementos del gasto de los consumidores, de la inversión fija residencial, de la inversión
fija no residencial y del gasto de las administraciones estatales y locales, que se vieron
compensados en parte por un descenso de la inversión en existencias privadas”, ha indicado la
Oficina de Análisis Económico.
La fortaleza de la economía ha desafiado hasta ahora las subidas de los tipos de interés más
agresivas en cuatro décadas, con las que la Reserva Federal trata de combatir una inflación que
no termina de ceder y que se resiste a bajar hasta el objetivo del 2%. Mientras la creación de
empleo siga siendo fuerte y el consumo se mantenga pujante, será difícil que el banco central
tenga la confianza suficiente en que la inflación está bajo control como para empezar a bajar
los tipos de interés.
Estados Unidos ha abierto una brecha en crecimiento frente a Europa
gracias al incremento de la productividad, a la mano de obra aportada por la inmigración y al
fuerte impulso fiscal, entre otros factores. La innovación y la abundancia energética también
han marcado la diferencia. El Fondo Monetario Internacional revisó recientemente al alza las
previsiones de crecimiento para Estados Unidos mientras rebajaba las de Europa. El FMI espera un
crecimiento medio del 2,7% para la economía estadounidense este año, algo por encima del 2,5% de
2023.
Las cifras macroeconómicas siguen mostrando una especie de aterrizaje suave, en que la
economía ha ido perdiendo algo de impulso, pero mantiene una inercia favorable. El crecimiento
del primer trimestre de 2024 es menor que el del cuarto de 2023, que a su vez suponía una
ralentización con respecto al 1,2% trimestral (4,9% anualizado) del tercero, cuando la economía
aceleró de forma sorprendente y creció al mayor ritmo desde 2021.
En año electoral, la
mejor noticia para el presidente, Joe Biden, es que la recesión que una y otra vez venían
augurando buena parte de los economistas a lo largo de los últimos dos años ni está ni se la
espera. El reverso negativo de esa pujanza económica es que la impopular inflación sigue siendo
alta y que eso además impide que bajen los tipos de interés. El dato de este jueves, sin
embargo, muestra un enfriamiento algo mayor de lo esperado y obliga a todos a recalcular la ruta
de nuevo.
Aunque los miembros del comité de política monetaria de la Reserva Federal señalaron el mes
pasado que esperaban recortar los tipos de interés tres veces este año (0,75 puntos en total),
últimamente han indicado que no tienen prisa por bajarlos ante la continua presión
inflacionista. Ahora, la mayor parte de analistas e inversores no esperan que las rebajas de
tipos empiecen hasta la reunión de septiembre de la Reserva Federal, según se deduce de las
cotizaciones de los mercados de futuros. Muchos apuestan que el primer recorte se retrasará aún
más, hasta noviembre o diciembre.
Biden se ha quedado con la parte positiva. “El informe de hoy muestra que la economía
estadounidense sigue siendo fuerte, con un crecimiento constante y estable”, ha dicho en un
comunicado distribuido por la Casa Blanca. “La economía ha crecido más desde que asumí el cargo
que en cualquier otro mandato presidencial de los últimos 25 años”, ha subrayado, sin precisar
que eso se debe en gran medida a la recuperación de la pandemia. Al tiempo, ha añadido que
pretende seguir luchando contra la inflación.